Editorial

El Amalek interior

Dr. Abraham Krivoy

He aquí un ejemplo del simbolismo del mal que radica profundamente en el tallo cerebral de todos los seres humanos y que periódicamente reaparece para imponer las normas de la destrucción, eliminación de los v alores y cualquier rasgo de espiritualidad.

Ya Teilhard De Chardin ( 1.881-1.955) de la Escuela jesuita Francesa había afirmado que la evolución natural de los seres vivos se encaminaba a lo que el llamó el Punto Omega que constituiría el máximo desarrollo espiritual donde el humano culminaría su carrera de acercamiento a Dios. La maldad, la agresividad, la envidia, el orgullo y muchas otras manifestaciones egocéntricas desaparecerían definitivamente

Extraído de “Anatomía del Alma” escrito por Por Jaim Kramer Con Abraham Sutton. Traducido al Español por Guillermo Beilinson

Los pensamientos del hombre son rak ra kol haiom [malos todo el día].

Amalek: por qué el libro sagrado de los judíos, la Torá Pentateuco), ordena recordar lo que nos hizo al salir de Egipto.¿Por qué Dios mismo le declara la guerra a Amalek “de generación en generación”?

Amalek no era residente en el camino por el cual atravesaría Israel en su salida de Egipto. Amalek vino desde otro lugar para guerrear contra Israel . A Amalek le molestaba lo que representaba Israel. El coraje que había demostrado los días previos a la salida de Egipto al traer el los sacrificios pascuales públicamente y la protección que recibieron por parte de Dios. Amalek estaba molesto que Israel entrara a las pocas semanas en su convenio con Dios al declarar ante el Monte Sinaí su predisposición a aceptar incondicionalmente toda la Torá. Todo esto iba en contra de la tradición de Amalek, para quien este mundo sería regido siempre por la ley del más fuerte y que las especies de subhumanos o más débiles desaparecerían como en su teoría ocurría en el resto del mundo animal por selección natural. ¿Acaso no lo había bendecido el abuelo que “al jarbejá tijié - que se regiría por la espada”?

Amalek reaparece múltiples veces en diferentes épocas y regiones y en este siglo 21 está presente con todas su fuerzas en paises africanos, del Oriente y americanos.

En ejemplo de ello lo tenemos en el enfrentamiento de Carujo y Vargas. Desde su llegada al poder, José María Vargas tuvo que enfrentarse a una fuerte oposición. Asimismo, Vargas se aisló aún más en el poder, luego que enfrentó al Poder Legislativo. El choque de poderes entre el Legislativo y el Ejecutivo dejó entrever la fragilidad del proyecto hegemónico y no tenía el respaldo del ejército. Finalmente, ante el paulatino desgaste del gobierno varguista, estalla el 7 de junio de 1835 la insurrección en Maracaibo, proclamando el sistema federal y al general Santiago Mariño como jefe del movimiento armado; aunque este alzamiento fracasa a los pocos días, sólo será el inicio de brotes conspirativos en todo el país. En Caracas, la rebelión estalla en la noche del 7 al 8 de 1835; tocándole a Pedro Carujo, jefe del batallón Anzoátegui y al entonces capitán Julián Castro, poner bajo arresto domiciliario al presidente Vargas. Es en este momento cuando ocurre el célebre diálogo entre Carujo y Vargas, en el que Carujo le dice a Vargas: “El mundo es de los valientes”, a lo que contesta el mandatario: “No el mundo es del hombre justo; es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia”. Al poco tiempo, Vargas y el vicepresidente Andrés Narvarte salen desterrados para la isla de Saint Thomas. Las leyes de la conciencia que se expresan en el Pentateuco y del desenlace histórico en el que los judíos manifestaron con certeza que al final prevalecerá la bondad en el mundo por encima de la fuerza. Dios le declara la guerra a Amalek, porque su intención era romper el vínculo de Israel con Dios y, por consiguiente, demorar el reconocimiento universal de la ley Divina en el mundo, se quería evitar que prevaleciera la ética de la Torá. Las teorías de Amalek con las enseñanzas de la Torá son mutuamente excluyentes.

Cada judío que no se avergüenza al declarar su origen y mantiene la ley de la Torá abiertamente, está ayudando a combatir a Amalek. A su vez, en el rezo del “Alenu” con el cual culminamos las plegarias de la mañana, tarde y noche, rogamos a Dios que se acerque el día en que toda la humanidad se someta a la Autoridad Divina.

Nunca debemos permitirnos abrigar la noción de que no importa qué es lo que pensemos. Los buenos pensamientos son extremadamente beneficiosos tanto para aquél que los piensa como para el mundo en g eneral, mientras que los malos pensamientos son muy destructivos. Enseña el Rebe Najmán:

En los antiguos anfiteatros, los monarcas solían disponer de luchas entre animales salvajes y sus presas. El mismo tipo de batalla se libra hoy en día en la mente de la persona: batallas entre los buenos pensamientos y los malos pensamientos. Cuando los buenos pensamientos emergen victoriosos de esta batalla, ello produce un gran placer El Rebe Najmán explica también un pasaje relacionado tomado del Zohar (III, 123a): “Todos los días tienen un bien oculto. Pero acompañando a cada día hay un ángel que impide que la gente [que no es digna de ello] comparta ese bien. Este ángel puede tomar muchas formas - oscuridad, espinas, serpientes, escorpiones - los cuales actúan como guardianes para proteger el bien de ese día e impedir que alguien indigno se beneficie de ello. De hecho, si no fuese por estos guardianes, los malvados podrían entrar libremente a los misterios de la Torá [y compartir el bien oculto de ese día]. Es por esta razón que cuando alguien que no es digno intenta entrar a los misterios de la Torá, es rodeado inmediatamente por tropas de ángeles destructores, que se manifiestan como oscuridad, ocultamiento, confusión, etcétera, impidiéndole pasar. Sin embargo, cuando el que es digno desea entrar, estos guardias lo ayudan... Ellos lo llevan hacia el bien oculto y hablan a su favor ante al Señor del Univ erso..” .

Las “serpientes y escorpiones” son los pensamientos que confunden a la persona cuando desea aprender los misterios de la Torá. Pero si persiste en su deseo de encontrar a Dios, estos mismos pensamientos la ayudarán; y entonces hallará un enorme bien cada día...

Enseña el Rebe Najmán que los pensamientos dañinos que acosan a la gente sirven para recordar la constante batalla con Amalek, el archienemigo de la nación judía. Este es el significado del versículo citado más arriba, “Los pensamientos del hombre son raK rA koL haioM [malos todo el día]”. En hebreo, las letras finales de estas palabras forman la palabra AMaLeK. Los pensamientos malos y lascivos representan al Amalek interior. Amalek alude también a las dudas y a la confusión. Igual que Amalek, las dudas atacan a la persona de manera furtiva.

Incluso antes que podamos darnos cuenta que estamos bajo asedio, nos vemos dominados por emociones y pensamientos conflictivos. Es por lo tanto un mandamiento Bíblico el recordar a Amalek, es decir, ser conscientes de él y de su comportamiento furtivo y presentarle una constante batalla.

El Rabino Mijael Ber Weismamdel sz”l, perdió a toda su familia, incluyendo a todos sus hijos, en Auschwitz. Luego de la guerra, se estableció en EE.UU., fundó una nueva Ieshivá en Mount Kisko y volvió a formar una familia. En el Brit Milá de su quinto hijo, expresó lo siguiente ante los presentes: “Ustedes saben que yo tuve ya cinco hijos previamente y que todos murieron ´Al Kidush HaShem´ (santificando el Nombre Divino). Mi deseo es, como decimos en la Kedushá diaria: ´Nekadesh et Shimjá baOlam´ que santifiquemos nosotros, los que afortunadamente estamos vivos, los sobrevivientes - Tu Sagrado Nombre, en este mundo en que nos toca vivir, ´keshem shemakdishim otó bishmé marom´ tal como lo santifican aquellos que debieron dar sus vidas ´al kidush haShem´. Que nuestras acciones sean dignas de ser consideradas una santificación del nombre de Dios”.

La batalla en contra de Amalek no se acabó. Desde nuestro lado, no se trata de una contienda violenta, sino de una resistencia pacífica en la cual insistimos en sumarnos a nuestros antepasados a quienes ninguna adversidad les impidió mostrarse como judíos. Este es el mayor homenaje a las víctimas de l holocausto. Amalek, algún día, esperemos pronto, caerá.

Itzjak tuvo a Esaú , quien cometió toda clase de aberraciones, incluyendo el robo, el homicidio y el libertinaje moral. No obstante, quería heredar ambos mundos. Cuando Dios ordenó que las bendiciones correspondían sólo a Iaacov -pues su vida era pura y todas sus acciones reflejaban su santidad y su amor hacia el prójimo-, Eisav comprendió que sus designios no se verían cumplidos, que tanto la primogenitura como las bendiciones habían sido concedidas a Iaacov., se nutrió de un odio eterno hacia su hermano, un odio basado en los celos, y jamás dejó de pensar que la herencia de Itzjak algún día sería finalmente suya, mediante el engaño y no por derecho propio.

Eisav comprendió que no lograría destruir a Iaacov, pues El Guardián de Israel no dormita ni duerme (Salmos 121:4); por lo tanto, ordenó a sus hijos que se hicieran cargo de su venganza. Algunos de ellos abandonaron la esperanza de lograrlo, ya que se decían a sí mismos: “Nunca lograremos prevalecer sobre quien es protegido por el Rey del Universo. Nuestros propios bienes nos bastan y no abrigamos deseos de recibir el legado de Avraham e Itzjak, ni sus obligaciones, ni sus derechos”. Así, se apartaron del camino de Avraham e Itzjak, eligiendo vidas marcadas por una per versión incesante.

Entonces surgió un miembro vil de la familia de Eisav: Amalék, un descendiente de origen despreciable, y perverso, ruin y degenerado, pérfido y depravado, quien se acercó a su abuelo y le dijo: “No temo a Dios. No me avergüenza tu conducta ni la mía. No honraré los actos de los justos; aborrezco a ellos y a sus acciones. ¡Mías son la grandeza y la fortaleza! Libraré una guerra contra los hijos de tu hermano, quienes han heredado la grandeza que te pertenece. Lucharé contra ellos de frente y tendiéndoles emboscadas. Daré muerte a los rezagados y masacraré a sus más grandes figuras, hasta destruirlos a todos por completo”.

Mientras aún quedaba un vestigio de decencia en Eisav y en sus hijos, adquirida en la casa de Iaacov e Itzjak, no deseaban destruir la bondad y el esplendor que había en el mundo. Pero cuando nació este hijo, la encarnación misma del mal, sin nada de la fuente de la pureza, encontramos que: Y vino Amalék y luchó c ontra el pueblo de Israel... (Exodo 17:8).

Por eso, en el Futuro Venidero, todas las naciones del mundo que transitaron la senda del mal abandonarán sus conductas perversas y buscarán protección bajo las alas de la Divina Presencia; pero Amalék, carente de vestigio de decencia alguna, en quien todas sus acciones están encaminadas hacia el mal, su fin será la desaparición: Porque alzó la mano contra el trono de Dios, habrá guerra del Eterno contra Amalék de generación en generación (Exodo 17:16).