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Curiosamente fue un cantante de ópera español y no un médico, quien inventó el espejo laríngeo, que permitió visualizar las cuerdas vocales en los seres humanos por primera vez. Manuel García (1805-1906), cantante, barítono y profesor de canto, nació en Madrid el 17-03-1805 y falleció en Londres el 01-07-1906. Para ello utilizó un espejillo dental, un espejo manual y la luz del sol, logrando así por primera vez observar el movimiento de las cuerdas vocales en 1854 (1,2). Así nació la laringoscopia indirecta hace 155 años.
Es interesante destacar que ni el espejillo laríngeo ni el procedimiento de la laringoscopia indirecta han sufrido modificaciones conceptuales en estos 155 años, permitiendo al médico general y al especialista, realizar esta exploración de la laringe, en vivo, en el consultorio, sin anestesia, sin dolor ni molestia, sin costos elevados ni aparatos complicados. Es un método seguro y como resultado puede obtener diagnósticos inmediatos de: parálisis de cuerdas vocales, pólipos, corditis, degeneración quística de las cuerdas, tumores benignos y malignos, cuerpos extraños, etc, etc. También permite la toma de biopsia y la extracción de cuerpos extraños.