El Dr. Esteban Rafael Garriga Michelena, dedicó su vida a la cirugía de cabeza y cuello, realizando importantes propuestas y aportes innovadores, muchos de ellos orientados a lograr procedimientos más conservadores y eficaces que ofrecieran mejor calidad de vida, un concepto que no era común para ese momento.
A pesar de esta importante faceta científica, también fue un humanista y un artista de corazón, que al combinarse, lo hacían un médico de una gran sensibilidad y compasividad, que le otorgaban un carisma especial particularmente con sus pacientes. Para mostrar esto, comienzo por contar uno de muchos momentos similares del cual fui testigo:
Entra una paciente con su esposo, que es médico, en el consultorio. Ella está llorosa y él se nota muy preocupado. Ella tiene un tumor con sospecha de malignidad en la parótida y le teme al diagnóstico y a la operación. Está preocupada por la cicatriz, que pueda quedar con una parálisis facial o alguna deformidad en la cara posterior a la cirugía, así como la posibilidad de tener que recibir radioterapia. Un rato después de una conversación inteligente y de haberla examinado, la paciente y su esposo están tranquilos y sonreídos. El Dr. Garriga le ofrece junto con el Dr. José (Pepe) Ochoa, eminente cirujano plástico, realizar la parotidectomía junto con una ritidectomía como abordaje de la parótida para esconder la cicatriz. La paciente cambió de la tristeza a la felicidad y pidió que la operación fuese lo antes posible.
De este modo había tratado el cuerpo y el alma...
Nació en Carúpano, estado Sucre, el 6 de agosto de 1924, el día del centenario de la batalla de Junín. Realiza sus estudios de primaria y secundaria en el colegio San Ignacio de Loyola. Comienza sus estudios de medicina en 1942 en la Universidad Javeriana de Bogotá donde realiza los primeros dos años de la carrera. Luego continúa sus estudios en la Universidad Central de Venezuela, obteniendo el título de Médico Cirujano el 29 de septiembre de 1949, siendo de la promoción Dr. José Izquierdo.
Doctor en Ciencias Médicas de la Universidad Central de Venezuela en 1955 y su tesis doctoral, “Método para la Reconstrucción Inmediata del Defecto Operatorio Consecutivo a la Resección del Maxilar Inferior o a los Comandos Maxilares” recibió Mención Honorífica al Premio “Guillermo Morales” en el III Congreso Venezolano de Cirugía. Este trabajo, fue publicado en la importante revista francesa Revue de Laryngologie Otologie Rhinologie en 1956, por iniciativa del mismo Dr. Georges Portmann, su director, por cosiderarla una propuesta innovadora.
Realiza el postgrado de Cirugía Oncológica del Instituto de Oncología “Luis Razetti” de Caracas (1950-1953) por sugerencia del Dr. Hermógenes Rivero, eminente cirujano venezolano.
Al terminar su residencia, pasa a formar parte Servicio de Cabeza y Cuello como primer adjunto (1953-1961), al lado del que fuese posteriormente su más importante maestro y amigo, el Dr. Bernardo Guzmán Blanco y con el cual llevaría a cabo una gran labor asistencial y científica en un campo que aún comenzaba a desarrollarse como era la cirugía de cabeza y cuello. El Dr. Guzmán Blanco era egresado del Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York y discípulo muy estimado de Hayes Martin, para ese entonces, Jefe del Servicio de Cabeza y Cuello. La muerte temprana e inesperada del Dr. Guzmán Blanco en 1961, lo llevan a ejercer la jefatura del Sevicio de Cabeza y Cuello del Instituto de Oncología Luis Razetti hasta el año 1991, la cual ejerció con dedicación y promoviendo las iniciativas y esfuerzos de cada uno de los miembros de dicho Servicio, con el objetivo de lograr la mejor calidad científica, docente y asistencial. Su actividad privada la desarrolló en el Centro Médico de Caracas.
Trabajó también en el Hospital Carlos J. Bello de Caracas de la Cruz Roja Venezolana (1.949-1.950), el Hospital Vargas de Caracas (1.950-1.953), como médico director de la Clínica de Prevención de la Sociedad Anticancerosa del Distrito Federal (1.960-1.966). También como Médico Adjunto (1.959-1.969) y luego Jefe del Servicio (1.969-1.983) de Oncología, así como Jefe del Departamento Quirúrgico (1.980-1.983) del Hospital José María Vargas de La Guaira.
Se preocupó por la docencia universitaria en oncología que dió como fruto la pasantía permanente de los cursantes de odontología en su último año de carrera por el Servicio de Cabeza y Cuello del Instituto de Oncología Luis Razetti. Estos odontólogos se convirtieron en la avanzada del diagnóstico precoz de los tumores en cabeza y cuello en Venezuela, con un efecto multiplicador.
Promovió el manejo multidisciplinario del paciente oncológico, en particular en el área de cabeza y cuello, logrando el concurso del Patólogo, el Otorrinolaringólogo, el Odontólogo, el Radioterapeuta, el Oncólogo Médico y el Foniatra, entre otros.
Fue Jefe de la División de Atención Medica de la Dirección de Oncología del entonces Ministerio de Sanidad entre 1976 y 1978, trabajando junto con los Doctores Víctor Brito y Oscar Rodríguez, donde se ocupó por mejorar la pesquisa de cáncer y la atención del paciente oncológico a nivel nacional.
Trabajó en los años setenta y ochenta por una mejor medicina nacional tratando de implementar, en un plan piloto, al decretado Servicio Nacional de Salud, que integraría a todos los entes dispensadores de salud del Estado venezolano, con la intención de lograr una mayor eficiencia y coherencia en los servicios médicos públicos.
En la Academia Nacional de Medicina, como Miembro Correspondiente Nacional (1985) y como Individuo de Número (Sillón XXXII, 1995), integrando la Comisión de Salud, defendió la idea de que el Estado pagara por el servicio prestado al paciente, dándole a este paciente la posibilidad de elegir la institución e inclusive al médico que lo va a atender, como una manera de estimular el esfuerzo y la calidad de la atención médica y así obtener aún mejores resultados.
Fue Miembro Fundador, Miembro Honorario y dos veces Presidente de la Sociedad Venezolana de Oncología. Miembro de la Sociedad Venezolana de Cirugía y Delegado al Consejo Nacional por la Sede. También Miembro Honorario de la Sociedad Venezolana de Otorrinolaringología y Miembro del Consejo Médico Asesor de la Asociación Venezolana de Laringectomizados.
Entre sus muchos aportes podemos destacar el desarrollo de una nueva incisión para la disección radical de cuello la cual resultaba más estética y disminuía complicaciones graves como la necrosis de los colgajos y el consecutivo estallido de la carótida (1960). La Laringectomía Glótica (1971), introducía a nivel universal, el concepto de resecar la glótis transversalmente y de reconstruir anatómica y funcionalmente ésta glotis valiéndose de las bandas ventriculares, esto de una manera sencilla y accesible. En los años ochenta, por idea del Dr. Guillermo Paz y junto a los doctores Ana de Arcia y Ramón Millán promovieron, adelantándose a su tiempo, el desarrollo de esquemas de tratamientos para preservación de órgano y función con radioterapia y quimioterapia concurrente, con buenos resultados, tal como se recomiendan actualmente en determinadas localizaciones de cabeza y cuello. “La Laringotomía Transversal. Nuevo Procedimiento para la Aritenoidectomía en la Parálisis Bilateral de las Cuerdas Vocales” (1.994), ofrece una solución adecuada a aquellos pacientes con parálisis vocal bilateral, usualmente consecutiva a la tiroidectomía total.
Fue un Católico practicante de profunda convicción y conocimiento de su religión. Su amplia cultura, lograda a través de la lectura de obras universales y el intercambio de ideas, lo hacía un ameno y apasionado conversador. Podía conversar horas de cualquier tópico, con cualquier tipo de persona, sin importar su actividad, sus ideas o sus creencias.
Otra de sus facetas más relevantes era el buen humor. Le encantaban los chistes ingeniosos y contar historias. Tenía el talento de imitar la forma de hablar de personas en particular o el acento de una determinada región geográfica. Esto lo utilizaba también para establecer una mejor conexión y para aliviar la ansiedad de sus pacientes.
Su gran interés por el dibujo y la pintura se inicia en la niñez y lo cultiva durante toda su vida. Sus pinturas de temas médicos, realizados en tinta china, creyones, óleo y guache, siempre estuvieron presentes en sus trabajos y conferencias científicas dejando más de doscientos de estas pinturas. Pinta al óleo los retratos de sus padres, esposa, hijos, del Dr. Rafael Contreras Uzcátegui, del Dr. Francisco Montbrum, del Rev. Padre Morales y del Dr. José Izquierdo, que le mereció un diploma en el concurso de pintura del Colegio de Médicos del Distrito Capital. También pintó el Ávila, paisajes, naturalezas muertas, entre otras, dejando más de 60 obras.
Durante su vida, fue merecedor de múltiples premios y reconocimientos, entre ellos están: Su Tesis Doctoral Premiada por el Consejo Académico de la Universidad Central de Venezuela, con “Diploma de Honor” (1.955), el Premio de Cirugía “Fermín Díaz” de la Sociedad Venezolana de Cirugía (1.960), el Premio de Cirugía “Guillermo Morales”, de la Sociedad Venezolana de Cirugía (1965), la Mención Honorífica al Premio de Cirugía “Guillermo Morales” de la Sociedad Venezolana de Cirugía (1.955), la Mención Honorífica al Premio de Oncología “Luis Razetti”, Auspiciado por el Boletín del Instituto de Oncología Luis Razetti, Caracas (1960), la Medalla de Honor al Mérito “Augusto Pineaud”, de la Cruz Roja Venezolana (1.986), el Premio de Oncología “Bernardo Guzmán Blanco”, de la Sociedad Venezolana de Oncología y la Sociedad Médica Bernardo Guzmán Blanco, del Instituto de Oncología Luis Razetti (1.994), la Medalla “Teófilo Moros” (1995), la Orden “Francisco Fajardo” en su Primera Clase (1.996), la Orden “Andrés Bello” en su Primera Clase (1.997), la Medalla “José Ignacio Baldó” en su Primera Clase (2.000) y la Orden “Arturo Michelena” en su Única Clase (2.001).
El Dr. Esteban Garriga Michelena fue un médico y ser humano de excepción, de esos que hacen falta de vez en cuando para cambiar al mundo para mejor, aunque sea un poco, si bien nos demos cuenta cuando ya no estén, y los sintamos como que no se han ido.