Bioética: su origen, desarrollo inicial y dinamización. A propósito del Día Mundial de la Bioética 2021

Centro Nacional de Bioética (CENABI) Venezuela1

Una fecha; una celebración: 19 de octubre, Día Mundial de la Bioética. Ésta es una oportunidad para reflexionar sobre este particular de significación universal. Esta disciplina es mucho más que un neologismo, mucho más que la combinación de dos términos: ciencias de la vida y ética. Veamos.

La Bioética atraviesa, de manera transversal, una nueva manera de pensar la vida (humana y no humana) en el planeta en procura de contribuir a la construcción de un mundo más justo y solidario (que incluya consideraciones medioambientales), para las generaciones presentes y futuras. La atención de la salud, en el ámbito individual y colectivo, debe estar orientada por principios éticos, lo cual representa un punto de apalancamiento fundamental para dicha construcción. Todo este accionar se despliega en el contexto del extraordinario desarrollo científico y tecnológico que se ha hecho más patente desde el siglo XX y que no siempre ha impactado de modo positivo a la vida del planeta. No se pretende ofrecer una definición de Bioética lo cual sobrepasa los objetivos de estas breves líneas: sólo se pretende ofrecer insumos para la reflexión-acción de los lectores e investigadores de este particular, en un día significativo como éste. (1,2)

En este sentido, la Bioética surge como una respuesta científica y humanística a la insuficiencia de la ética filosófica tradicional para responder a los grandes desafíos y dilemas generados por el impacto de los avasallantes avances científicos y tecnológicos sobre la vida, la salud y el medio ambiente. Dichos avances se hicieron más patentes a partir la segunda mitad del siglo XX. Su partida oficial de nacimiento data de 1970, cuando el oncólogo holandés Van Rensselaer Potter (3) usó el término por primera vez en su libro “Bioética global. La ciencia de la supervivencia”. No obstante, destacados expertos han reseñado que la palabra bioética fue utilizada por primera vez por Fritz Jahr, en un editorial publicado en 1927, en la revista científica alemana “Kosmos” (4).

En un principio, V.R Potter (1911-2001), fundador de la Bioética en 1970, la planteó con la idea de luchar de manera razonada y razonable contra los cambios medioambientales antropogénicos que amenazaban la misma supervivencia del hombre. Fue tanta la resonancia de su propuesta, que rápidamente ese diálogo moral propuesto se trasladó a todos los ámbitos del quehacer humano.

Al revisar de manera profunda y crítica la Historia de la Humanidad, se hacen inmediatamente evidentes las luces y sombras de nuestro género humano. Por una parte, se evidencia la grandeza intelectual de Aristóteles, las sinfonías extraordinarias de Mozart, el genio literario de Goethe y los impresionantes avances científicos en el mundo microscópico, bioquímico y molecular de la vida. Por la otra, se distingue la oscuridad de las dos guerras mundiales y de otras con “menor” alcance y las injusticias sociales con sus efectos más dramáticos tales como las hambrunas masivas, las crisis migratorias, las discriminaciones étnicas y religiosas, así como los efectos deletéreos y más dramáticos de endemo-epidemias así como de pandemias (por ejemplo: la situación actual con el coronavirus identificado como COVID-19) sobre la salud de las poblaciones vulnerables a lo largo del planeta. También deben recordarse las numerosas transgresiones a la dignidad humana cometidas durante las guerras o en el curso de varias investigaciones clínicas y que escandalizaron a la opinión pública de su tiempo.

En este sentido, no debemos olvidar los abusos durante la Alemania nazi (1933-1945); el Comité de Seattle constituido en 1962 y la selección de pacientes para efectuar las hemodiálisis; el empleo precipitado y desacertado de la talidomida (que arrancó hacia 1958); el artículo crítico de Beecher (New England Journal of Medicine, 1966); el experimento de Tuskegee (Alabama 1932-1972: observación del curso natural de la sífilis en pacientes de color, sin suministrarles tratamiento); la lucha de las minorías étnicas en Estados Unidos por su no discriminación “racial” con la participación hacia las décadas de los 50 y 60 del siglo 20, de Martin Luther King y Malcom X, como dos de sus máximos representantes y que en el contexto de la intolerancia civil de los Estados Unidos para esa época, condujo a muchas muertes, son mencionados de manera reiterativa en la literatura especializada como hitos fundamentales en el surgimiento de la Bioética (1-2) y que inclinaron el desarrollo bioético hacia su vertiente biomédica en un contexto de lucha por los Derechos Humanos, que fueron declarados por la ONU en 1948.

En virtud de lo expuesto en los dos últimos acápites, se pudiera tener la falsa impresión de que la partida de nacimiento de la Bioética estuviera signada por la turbulencia y el escándalo y con la impronta del lado sombrío de la naturaleza humana. Sin embargo, esto no es así. En el surgimiento de la Bioética también ocurrieron hechos tan trascendentes como los ya mencionados, pero mucho más serenos y gratificantes que se desprenden del intelecto humano: la incansable búsqueda del hombre de caminos que conduzcan hacia el progreso material y espiritual de la humanidad como un todo.

En este orden de ideas, se inscribe la angustia filosófica de pensadores estadounidenses como Joseph Fletcher (1905-1991) y Paul Ramsey (1913-1988) sobre el futuro del hombre desde el punto de vista teológico y práctico; la perspectiva humanista y humanizadora (superando la visión biologicista y mecanicista del cuerpo y la salud humanas) de la Medicina Antropológica y Psicosomática creada e impulsada por el médico internista y neurólogo alemán Victor von Weisacker (1886-1957); la obra escrita del psiquiatra de origen húngaro Thomas Szasz (1920-2012) y del teólogo vienés Iván Illich (1926-2002), orientada hacia la lucha contra el paternalismo médico y a desplazar las reflexiones hacia la dignidad y autonomía humanas. (1-2) Todas estas figuras y otras tantas tuvieron su rol en el surgimiento de la Bioética. Además, la escasa disposición de teólogos, biólogos, científicos sociales, ambientalistas, médicos y legisladores, para humanizar el progreso científico, influyó en los orígenes de la Bioética. No sólo es en la doctrina de la Bioética, sino también en sus orígenes, donde se encuentra la explicación de sus características más esenciales: secular, plural, racional, autónoma y proyectada hacia el futuro…

No podemos terminar estas líneas sin mencionar que la Bioética en el mundo se ha fortalecido y dinamizado de múltiples maneras, aunque los caminos recorridos y por recorrer varían mucho de país a país, y dependen de manera especial de su desarrollo socio-económico y de su dinamismo científico y humanístico.

Entre los factores dinamizadores del desarrollo de la Bioética -y que a su vez habilitan y propulsan a los países para asumir los desafíos sociales, políticos, económicos, culturales y científicos en función de la construcción de un orden social más justo- se encuentran los siguientes:

  1. la docencia de sus contenidos en el pre y postgrado del cual se desprenderán profesionales competentes en esta disciplina;
  2. la promoción de la investigación en bioética y la ejecución de proyectos por parte de individuos e instituciones así como las publicaciones científicas de vanguardia en la literatura especializada;
  3. a través de la deliberación de Comités de Bioética, que en su conjunto, aportan respuestas prácticas a diversos asuntos (dilemas) clínicos y de investigación científica;
  4. el diálogo plural y constructivo entre las instancias académicas, la sociedad civil organizada, y las autoridades gubernamentales para potenciar los benéficos efectos sociales de los factores antes enunciados y de otros que se consideren necesarios, a través de políticas públicas que contengan el componente bioético como norte fundamental para el diseño, planificación, ejecución, supervisión y seguimiento de dichas políticas, y que a su vez se vinculen con las normativas jurídicas que correspondan y que se hayan decidido bajo consenso;
  5. la cooperación internacional en el marco de los organismos supranacionales de la gobernanza mundial: ONU, OMS, UNESCO, FAO, UNICEF (entre otros) y del cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sustentable para el año 2030 vinculados con la esfera bioética. Pueden enumerarse otros factores más, pero la exhaustividad se escapa del propósito de este editorial.

Venezuela, en el concierto latinoamericano de naciones, ha demostrado evidentes progresos en el campo de la Bioética, dados por el desarrollo progresivo y sostenido de actividades docentes, asistenciales, de investigación y de organización administrativa para promover y concretar el ejercicio efectivo de todas las posibilidades que ofrece esta disciplina. Han participado en este progreso, además del CENABI, múltiples instancias académicas, científicas y sociales, sin las cuales habría sido imposible el avance dialógico e interdisciplinario de la Bioética en nuestro país. Si bien se transita en una dirección que puede calificarse como cónsona respecto a las necesidades y expectativas de la academia, los actores sociales y de la población venezolana, todavía queda camino por recorrer, como lo expresa el poeta español Antonio Machado: “caminante, no hay camino, se hace camino al andar…”. Caminemos todos. Que éste Día Mundial de la Bioética sirva de elemento inspirador y multiplicador para todos nosotros.

CENTRO NACIONAL DE BIOÉTICA (CENABI). VENEZUELA

Nota del Editor en Jefe de la Revista Centro Médico: el presente editorial es una republicación autorizada por el CENABI a partir de un artículo divulgado por dicha institución en las redes sociales el día 19/10/2021. La republicación obedece a la importancia conceptual y a la actualidad del contenido del mencionado artículo, el cual será de utilidad a la comunidad de investigadores interesados en esta disciplina.

REFERENCIAS

  1. García Banderas A, Estévez E. Introducción a la Bioética: Fundamentación y principios. Disponible en: http://www.bioetica.org.ec/articulo_bioetica.pdf. [Acceso 12/03/2020].
  2. Lolas F. Bioética. El diálogo moral en las ciencias de la vida. 2a edición. Santiago de Chile: Ediciones Mediterráneo Ltd. 2001.
  3. Potter VR. Global bioethics. Building on the Leopold legacy. Michigan: University Press; 1988.
  4. Sass HM. El pensamiento bioético de Fritz Jahr 1927-1934. Aesthethika. Rev Internacional de estudio e investigación interdisciplinaria sobre subjetividad, política y arte. 2011; 6 (2): 20-33.