ADIÓS A PEPE, o al maestro con cariño.
Pocos días antes de su muerte, estando en su lecho de enfermo, hablábamos, y como una forma de llamarle la atención, bastante distraída ya, por su estado terminal, tratando de animarlo, le dije: Dr. Ochoa, Manuela Berrocal nos envió a la Sociedad información en nombre de la Filacp de la recomendación europea, de retirar todos los implantes mamarios de aceite de soya. Se despertó, se inclinó en la silla y me dijo: “Guido, ¿Cuáles son los implantes mamarios?”. Se había despertado el maestro, científico, el curioso, el hombre ávido de conocimiento; pudo esto más que su malestar físico. Así era Pepe. Cuanta falta nos hará a todos los que profesionalmente estábamos más cerca de él y que fácilmente le hacíamos cualquier consulta, la cual, en base a su gran experiencia y años de estudio, era fácilmente respondida. Pepe era una especie de enciclopedia ambulante, con gran capacidad docente. En Ocasiones dudábamos de su respuesta, tal vez por la forma tan exacta y calculada de esta; pero, más adelante, al hacer nuevas investigaciones, nos dábamos cuenta de su veracidad. Espíritu amplio, abierto, dispuesto siempre a ayudar, a dar un consejo oportuno a todo aquel que se le acercara.
Se gradúa de Médico en 1953, doctorándose un año más tarde, con la tesis “contribución al estudio de los trastornos de la circulación de retorno”. La sólida formación profesional del Dr. Ochoa, tiene varias raíces. Su padre, Medico, el Dr. Juvencio Ochoa, patólogo clínico fundador del laboratorio del Hospital Universitario de Caracas y con el Dr. Ricardo Baquero Gonzalez su gran maestro, unas de las glorias de la cirugía venezolana, es con quien empieza a trabajar, desde bachiller y como él decía: “comencé de lava frascos”. De el adquiere gran entrenamiento, transformándose en un brillante cirujano general. Su otro gran maestro, ahora en el campo de la cirugía plástica venezolana es el Dr. Domingo Lucca Romero pionero de la especialidad en Venezuela. Ellos dos junto con el Dr. Antonio Rodríguez De Lima, son los promotores de la fundación de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, en 1956 y de la cual más adelante será Presidente (1966-1968)
Su trayectoria hospitalaria se centra fundamentalmente en el Hospital “Carlos J. Bello” de la Cruz Roja Venezolana, Servicio de Cirugía Uno, en el cual llega hasta Jefe de Servicio, siendo luego Jefe Honorario. Su otro polo fue el Hospital Universitario de Caracas, donde se inicia como Instructor en el Servicio de Traumatología, al lado de otro de sus maestros, el Dr. Pablo Izaguirre, ascendiendo en la carrera universitaria hasta el máximo escalafón: Profesor Titular. Allí comienza a desarrollar la Unidad de Cirugía Plástica, la cual se convertirá posteriormente en Servicio de Cirugía Plástica.
Desarrolla su actividad privada en el Hospital Clínico Centro Medico de Caracas. Trabajando junto al Dr. Roberto Lucca, Anestesiólogo e Intensivista y otro de sus maestros, quien tuvo gran influencia en su formación científica; allí comienzan a tratar los grandes quemados que se generaban en la Electricidad de Caracas, recuperando enfermos que en otra época se hubieran perdido. Lo hacen utilizando métodos como determinación de gases y electrolitos en sangre, método poco conocido en el país para la época. El paciente quemado, siempre fue para Pepe una especie de primun movens, una gran motivación para estudiar e investigar. Recordamos su participación en la Declaración de Caracas, evento sobre quemaduras que se realizó en 1964.
La Cirugía Plástica con la posibilidad de reconstrucción de grandes heridas le abre nuevos campos en los cuales creció. Logró realizar excelentes publicaciones que incluyen trabajos relevantes en la catedra de traumatología: “manual de atención de heridas de la cara” y Cirugía Plástica y reconstructiva de los traumatismos de la mano “realizadas en 1968 y que hoy en día, aún tienen vigencia. También describió muchas técnicas personales en cirugía mamaria; el Mamómetro y técnicas en lipectomia. Fue pionero en la técnica de reconstrucción mamaria por medio del colgajo de Recto Abdominal (Tram). El 16 de noviembre de 1995 logra uno de sus grandes objetivos, al incorporarse como Individuo de Numero a la Academia Nacional de Medicina, con el trabajo “Fracturas de Orbita”.
El Dr. Ochoa fue ejemplo en muchas actividades, pero en especial en su vida familiar; al lado de Cristina Solís de Ochoa, ginecóloga, con quien fundó una bella familia de 6 hijos, todos profesionales, entre ellos José Francisco quien escogió el mismo camino de la Cirugía Plástica.
Formador de un gran grupo de cirujanos plásticos, entre quienes me incluyo, primero de manera tutorial, luego desde la Unidad de Cirugía Plástica de Hospital Universitario de Caracas, su capacidad docente que plasmaba en todos los congresos y eventos de la Sociedad. Nos sentimos satisfechos por haberle rendido en vida honores y reconocimientos; en el año 1995, sus amigos y alumnos le hicimos el Homenaje a Pepe Ochoa”, en el gran salón del Hotel Caracas Hilton. En 1996, es presidente del XIV Congreso Venezolano de Cirugía Plástica donde se le rinde homenaje con el Premio “Dr. Ochoa”, al mejor poster que se presente durante sus congresos, siendo para muchos de nosotros no solo el profesor o maestro, sino el guía, el ejemplo, el compañero, o amigo.
Adiós Pepe. Te fuiste un 12 de septiembre. Te recordaremos siempre.
Al Maestro con cariño